Cualquier gallego sabe apreciar cuando se va de su ciudad, que el aperitivo pierde un poco si le cambian sus patatas. Bonilla a la Vista es uno de los emblemas de Galicia, y lleva desde 1932 siendo el aperitivo por excelencia de la tierriña.
Su fundador es Salvador Bonilla, un feriante que empezó su trayectoria con un puesto de patatas y churros, recorriendo los pueblos gallegos. En 1932 abrió en Ferrol una tiendecita, y 17 años más tarde llegó a La Coruña. Bonilla a la Vista comenzó a creer hasta llegar a su sexta tienda, y terminar en Barcelona.
En 2014 dio el salto internacional: empezó a vender patatas en tiendas gourmet de París, donde la marca Balmain las fichó y las sacó en su campaña de verano. Pero incluso París se quedó corto para Bonilla: en 2016 llegó a Corea, a la otra punto del mundo para agotar existencias en Seúl en solo 2 horas. Colas de coreanos hicieron cola para conseguir el formato más especial de las Bonilla: sus enormes latas blancas y azules que tanto le definen. Pero Corea no las ha olvidado años más tarde: salieron en la película Parásitos, ganadora del Óscar.
Actualmente trabajan en 20 países y fabrican 2,5 toneldas de patatas diarias. Ahora han aterrizado aquí, en nuestras cestitas ‘Morriña Gallega’, y no podemos estar más contentas de tenerlos como proveedor. Una cesta gallega sin las Bonilla, no sería lo mismo.